viernes, 2 de agosto de 2013

de Federico García Lorca:


SIEMPRE VESTIDA DE NEGRO 
Federico García Lorca 
(1898-1936) 

De negro va la señora,
siempre vestida de Negro.
Y no es por su marido
que hace rato ya se ha muerto.

Lleva luto por la patria,
que ella misma ha ido pariendo;
destruyendo con su ira,
 lo que otros erigieron.

Mujer sin conciencia alguna,
vacía de amor o de afecto,
no aceptando una opinión;
una palabra, un consejo.

Abriga su soledad;
acumulando dinero,
pobre, pobre esta señora
que no tiene nada bueno.

Va cayendo poco a poco,
su delirio se agiganta;
y ya se siente una reina,
rodeada de oro y plata.

Con sus súbditos al pie,
todos con cabeza gacha;
y ella una diosa se cree.
y va con la frente alta.

¿ No se cansará -pregunto-
de discursear con tal saña;
cargando la tinta en cosas, 
que no tienen importancia?

¿No se mirará al espejo,
y dirá ¡que estoy haciendo!
estoy cansada que siempre; 
me digan lo que yo quiero.

La locura del poder, 
la codicia y la ambición;
llevadas a tal extremo,
un final ha de tener...

porque al llegar tan arriba,
esta soberbia mujer;
solo una cosa le queda 
y es simplemente.......caer.

de Franz Grillparzer:



Franz Grillparzer (1791-1872)

“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos; es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo” 

de Jorge Luis Borges (2):


Jorge Luis Borges
1899-1986
Poeta y Escritor Argentino
"Comprendió que el empeño de modelar la materia incoherente y vertiginosa de que se componen los sueños es el más arduo que puede acometer un varón, aunque penetre todos los enigmas del orden superior y del inferior: mucho más arduo que tejer una cuerda de arena o que amonedar el viento sin cara. Comprendió que un fracaso inicial era inevitable. Juró olvidar la enorme alucinación que lo había desviado al principio y buscó otro método de trabajo. Antes de ejercitarlo, dedicó un mes a la reposición de las fuerzas que había malgastado el delirio. Abandonó toda premeditación de soñar y casi acto continuo logró dormir un trecho razonable del día. Las raras veces que soñó durante ese período, no reparó en los sueños. Para reanudar la tarea, esperó que el disco de la luna fuera perfecto. Luego, en la tarde, se purificó en las aguas del río, adoró los dioses planetarios, pronunció las sílabas lícitas de un nombre poderoso y durmió. Casi inmediatamente, soñó con un corazón que latía."

Las ruinas circulares - Jorge Luis Borges